Los derechos de propiedad de la tierra pueden ser comunitarios o individualizados, delimitar diferentes usos y beneficios legítimos, así como definir temporalidades para su ejercicio, y presentar o no restricciones para su enajenación. En el contexto neoliberal, sin embargo, la definición de derechos de propiedad de la tierra con dominio pleno e individualizado se considera la mejor forma para aumentar la inversión y conseguir la equidad social. En este trabajo reflexionamos sobre el cambio de régimen de propiedad social (o de las comunidades agrarias) a privada en México. Analizamos en particular, cómo su aplicación en la periferia urbana ha transformado las relaciones sociales de propiedad entre ejidatarios y pobladores de menores ingresos y establecido condiciones para un desarrollo del mercado formal de tierra.
Sin desconocer que la entrada del sector inmobiliario capitalista al mercado de tierra en la periferia urbana, puede derivar beneficios económicos a los sujetos agrarios, los hallazgos de este trabajo indican que se trata fundamentalmente de un estado ilusorio. Los instrumentos jurídicos creados para facilitar la individualización de la propiedad social, no cumplen con la función de capitalizar el campo y, por el contrario, llevan a un proceso de despojo de la tierra de las comunidades vía mercado, lo que facilita los procesos de acumulación capitalista en el ámbito urbano. Adicionalmente, dificulta tanto las acciones de regularización de asentamientos informales como el acceso de los pobres al suelo urbano.
Autora: Clara Salazar.
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