La Secretaría de Turismo inició el Programa Pueblos Mágicos en 2001 con el objetivo de dar potencia a la singularidad turística del lugar, creando para ello un imaginario convencional sobre lo que debe ser frecuentado, es decir, establecer un itinerario, por medio de guías prácticas que son reforzadas por las agencias de viajes, folletos, revistas especializadas y páginas web. De este modo, los imaginarios del turismo se construyen a partir de un conjunto de ideas, creencias e incluso prejuicios sobre las actividades y servicios que el turista espera encontrar en el lugar de destino y, en innumerables ocasiones, no coinciden con las prácticas sociales reales de la comunidad. La promoción típica del programa Pueblos Mágicos tiende a fomentar los aspectos más convencionales del patrimonio cultural, lo que deja de lado aspectos locales sustantivos de estos pequeños territorios.
Autore: Concepción Alvarado Rosas
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