Quito se convierte en 1978 en la primera ciudad, con Cracovia, en recibir por parte de la Unesco la distinción de Patrimonio Cultural de la Humanidad. El título, otorgado a la ciudad por la riqueza de su centro histórico, permite crear un nuevo espacio de gobernanza urbana, que se analiza como un campo patrimonial relativamente autónomo. El estudio de los actores involucrados en este campo, que intervienen en diferentes escalas —y de las definiciones oficiales de patrimonio producidas en este campo—, desde los años ochenta, ayuda a identificar con mayor claridad las evoluciones actuales y ver en qué medida son innovadores. Por lo tanto, el análisis de dos programas implementados en los últimos años por el gobierno municipal —la campaña Cuéntame tu Quito (un proceso participativo sobre el concepto de patrimonio) y la construcción del Parque Urbano Qmandá (una infraestructura deportiva y cultural)— permite observar la emergencia de políticas ya no solo patrimoniales sino culturales. Integradas en un marco ideológico nacional definido desde 2008 por la Constitución de Montecristi, el del Estado del Buen Vivir, reflejan el surgimiento de una nueva relación entre los quiteños y su patrimonio y, más allá, entre los ciudadanos y su ciudad.
Autor: Diana Burgos-Vigna.
Descargar artículo completo.