La reforma al artículo 27 constitucional de 1992 convirtió a los ejidatarios en propietarios de la tierra que trabajaban, condición reforzada por el Programa de Certificación de Derechos Ejidales (Procede) que, en 1994, les otorgó títulos parcelarios y de propiedad. De manera colateral, con estas políticas neoliberales se dinamizó el mercado de tierras y, con ello, se facilitó la inversión nacional y extranjera en el territorio mexicano. En el caso de Manzanillo, particularmente en el ejido de Campos, se instaló una planta de almacenamiento y distribución de gas licuado de petróleo y otra de tratamiento de gas natural licuado, más un gasoducto que conecta a la ciudad portuaria con Guadalajara, Jalisco.
El objetivo principal de este artículo, es mostrar cómo las reformas constitucionales decretadas hace poco más de dos décadas, en conjunto con factores globales y locales, en la actualidad han intensificado el mercado de tierras en el ejido de Campos, facilitando —aún más— la inversión capitalista ya existente. La información que se presenta en la investigación se obtuvo principalmente de las entrevistas con algunos ejidatarios de Campos, como resultado de trabajo etnográfico realizado en distintos momentos por ambos autores desde el año 2011 hasta 2013.
Autores: Francisco Javier Verduzco Miramón y J. Luis Seefoó Luján.
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